Ya viene, ya llega, el festín electoral. De fraudes ya se
oyen ruidos y también promesas de muchos bandidos. Ya se igualan los
ciudadanos, en fiesta del voto parecen hermanos.
Vota el potentado con su voto empresarial, también merca
políticos al mayor y al detal. Inversión brutal con jugosas ganancias del
Estado nacional. Compra liberales, compra conservadores, lo mismo da; ninguna
diferencia en ellos hallará. Billete, ¡oh divino billete!, su única ideología
real, su verdadero dios mental. Voto corrupto, voto vergajo, la corrupción
llueve de arriba hacia abajo.
Con voto de empleado subalterno vota el esclavo posmoderno.
Vota por el patrón o por el político que lo sostiene en la gobernación. Sin
presupuesto vota por el puesto, sabe que las estadísticas del empleo no son más
que alardeos. ¡Componenda, todo es componenda oficial, sólo el desempleo es
real!
Con su voto comercial vota el rebuscador, vota por el mejor
postor. Igual moral del potentado, puro voto de mercado. Por necio vende su
voto a cualquier precio; por tejas y tamales o por materiales. Vota sin
remordimiento: ‘¿Quién peca más, el que peca por le paga o el que paga por
pecar?´. ¿Quién es más corrupto, el que compra voto al miserable o el miserable
que lo vende por bruto?
En regiones distantes, votan los olvidados, donde ejercen la
ley los ejércitos privados. Votan con votos aterrados, votan por el arma que
los apunta, por el ejército que a la mesa de votación los lleva en yunta. Votan
por el más violento, pues sus vidas, aun deprimida, es el mejor invento.
Vota la izquierda con su voto quejón, sueña con tres
candidatos en el Congreso para que hagan la revolución. ¡Que denuncien desde
dentro lo mismo que periodistas hacen desde otro centro! ¡Que sus candidatos se
metan en la cueva de lobos para que descubran la fábrica de dolos! Sin embargo,
felices los dueños del sistema, con pocos candidatos maquillan mejor el
esquema. ¡Democracia, divino tesoro, cualquier opositor puede hacer de loro!
Votan en blanco los indignados, de la farsa democrática ya
están mamados. Sistema inhumano, sistema para marrano, no es el fin de la
historia por Fukuyama proclamado. Poco para preservar, es una democracia
urgente a reinventar, mentira que causa mucho mal.
Ya viene el otro carnaval, festival del despeloto con la
alegría del voto. Vota el blanco, vota el negro, vota hasta el más pobre
pendejo. Voten todos a conciencia y padezcan más aún la perversa contienda. De
todos modos es mejor que voten todos.
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