miércoles, 21 de mayo de 2014

BOCHINCHE ELECTORAL por Jorge Guebely

Nadie debe extrañarse de los actuales bochinches electorales, refleja la real calidad humana de nuestra cultura política. Largo ha sido el historial bochinchero en Colombia: Álvaro Gómez publicó en 1986 videos contra Virgilio Barco, Pastrana difundió en 1994 los narco casetes contra Samper, Horacio Serpa fue acusado en 1998 de favorecer a implicados del proceso 8.000, Uribe apareció en 2002 comprometido con los paramilitares; Uribe, gran profesional del bochinche nacional, denunció en 2006 las alianzas de Rafael Pardo con las farc para impedir su reelección… En 2010 se diversificó el bochinche en ‘falsos positivos’, chuzadas y el Parkinson de Mockus. Historia de vergüenza, de comadreos, de pobreza humana.

El bochinche parece estrategia de astutos en la decadencia, permite evadir las discusiones fundamentales de un país en constante desbarajuste. Quita tiempo para reflexionar sobre el modelo de Estado en que vivimos. El modelo económico tan próspero para las elites financieras, nacionales e internacionales, y tan mezquino para muchos colombianos. El modelo político en donde sólo triunfan las trampas, el chisme y la corrupción. El modelo de justicia tan eficaz para los pudientes y tan inservible para los menesterosos. Difícil entender un modelo de salud tan atractivo en la publicidad y tan inhumano en la realidad. ¡Cómo entender la destrucción del medio ambiente promovida por la explotación minera, y la desmedida pauperización de la gente en regiones en donde imperan las  multinacionales, y la ruina rural engendrada por los diferentes tratados de libre comercio! 

El bochinche también oculta la inoperancia de los políticos. Los hace ver mayores cuando en verdad son menores. Subdesarrollados mentales al favorecer un modelo de Estado impuesto desde el exterior. ‘Cada vez los gobiernos se convierten en simples delegados, afirmaba Saramago, agentes que cumplen los mandatos de sus superiores’. Aceptan con complicidad las desafortunadas determinaciones de la banca privada internacional: Banco Mundial, FMI, FED…, instituciones manipuladas por los  capitales financieros que se reúnen en clubes discretos como el de Bildemberg. 


El rechazo del bochinche electoral es la única actitud digna de las personas inteligentes para exigir claridad en el desmoronamiento moral del país. El verbo anodino y pendenciero de los políticos sólo promueve ignorancia ciudadana y guerras inútiles en campos y ciudades; discurso apropiado para elegir candidatos-capataces en el contexto de la finca global. ‘¿Para qué elegir dirigentes políticos, nuevamente Saramago, sí los financistas tienen todo el poder?’. Estrategia sospechosa de barahúndas y corrupciones, horrorosa francachela de ratones nacionales comiendo mendrugos de quesos mientras los gatos internacionales se devoran la carne de los ciudadanos colombianos.

VÍCTIMA DE VAMPIRO por Jorge Guebely

Mire, profesor Guebely —me contestó una docente del Distrito cuando le pregunté por la crisis educativa en Colombia—: ninguna educación resulta eficaz para los hijos de la patria si los padres de la patria dan malos ejemplos de iconos fermentados y, en muchos casos, francamente podridos.

¡Cómo enseñar honestidad a los niños si los banqueros se lucran deshonestamente manipulando dineros ajenos o inexistentes con intereses criminales!

¡Cómo explicarles la justicia si magistrados exitosos acuden a la trampa para cuadrar injusticias favoreciendo sus intereses políticos, económicos y religiosos!

¡Cómo predicar la verdad si políticos descollantes utilizan las herramientas de las mentiras para construir el andamiaje de sus éxitos!

¡Cómo defender la paz ante los niños si las guerras se agitan por afanes económicos y políticos como negocios del pequeño conglomerado de la gente de bien!

¡Cómo inculcar profundidad de pensamiento en los niños si las campañas electorales se componen de candidatos áridos en ideas y ricos en rencores, chismes y componendas brutales!

¡Cómo educar para la igualdad si la voracidad mezquina genera un 10% de colombianos en la abundancia, y el resto, en la escasez, y muchos, en la indigencia!

¡Cómo hacer del salón de clase la principal fuente de conocimiento si los medios de comunicación imponen la verdad oficial para infiltrar las mentiras de los más poderosos!

¡Cómo construir una nueva educación con consejos de sabios si los ministros de educación son tan sordos a la sensatez académica y tan sonoros a la insensatez política!

¡Cómo dialogar con los niños sobre la vida si abundan los muertos por masacres, falsos positivos, terrorismo, descuartizamientos, apuñaleados o simplemente muertos por inanición!

¡Cómo decirles la importancia de la vida espiritual si el dinero es el verdadero dios sobre la tierra, y las iglesias, sus principales centros comerciales!

¡Cómo predicar la importancia de pensar por sí mismo y protestar en las calles por la dignidad humana si el egoísmo, la mezquindad y el conformismo esclavizan al ciudadano libre!

¡Cómo promover una educación de libertades humanas si muchos docentes conviven cómodamente en la sumisión y en la corrupción!

¡Cómo mostrar a los niños un horizonte luminoso si el horizonte está poblado de iconos en descomposición, flamantes héroes de la podredumbre!


Espere —la interrumpí—, según usted, ningún futuro tendrá la educación mientras permanezca sometida al espíritu político. Así es —respondió—, una educación politizada, sin sangre académica, no es más que otra víctima de vampiro.

REVOLUCIÓN DEL BITCOINS por Jorge Guebely

Según el libro de Andrew Hitchcock, ‘The History of the House of Rothschild’, el dólar tiene orígenes turbios. Divisa poderosa, manipula el destino de casi todo el mundo. Se imprime libremente por orden del Banco Reserva Federal de Estados Unidos. Actividad legal pero delincuencial, semeja a un ciudadano imprimiendo billetes en el cuarto de su casa.

Institución privada, el Banco Reserva Federal es el más poderoso del mundo, manejado por las exclusivas elites financieras. Muchos expresidentes norteamericanos hacen parte de su membrecía: los Busch. Otros, simplemente son fichas: Obama. Los pocos mandatarios opuestos a su libertinaje fueron coincidencialmente asesinados; Lincoln, Kennedy.  Un espíritu de mafia ronda en sus pasillos.

Desde allí, las elites manipulan las crisis económicas con cálculos matemáticos. Inundan los bancos con dólares —el B.M., el BID y bancos privados— para crear la sensación de bonanzas y fomentar préstamos con excesos de facilidades. Posteriormente cierran la emisión de dólares para iniciar las crisis económicas. Momento en que recogen avales y adquieren enormes ganancias. La mejor de todas, el poder sobre naciones y sectores endeudados, pauperizados, esclavizados. ‘Si quieren seguir siendo esclavos de los banqueros y pagar por el costo de su propia esclavitud, permítanles continuar creando dinero y controlando el crédito de la nación.’ Afirmó Sir Josiah Stamp, exdirector del Banco de Inglaterra.

Convierten las guerras en negocios rentables. Con moral de banqueros, las fomentan para prestar dólares a los bandos en conflictos. La segunda guerra mundial trajo horribles tragedias a muchos pueblos, pero ellos salieron fortalecidos, todos los contrincantes quedaron comprometidos con sus préstamos. Algunos ejemplos de su voracidad económica son canalladas diabólicas. La empresa IG Farben fue infame, fabricaba el gas Zyclon B para asesinar judíos en las cámaras con capitales de Rockefeller, otro judío norteamericano, miembro importante de la Reserva Federal. La pasión por el dólar fue el origen real de la gran guerra. ‘Creo que las instituciones bancarias son más peligrosas que cualquier ejército…’ afirmó Thomas Jefferson en su tiempo.


Por eso, la reciente aparición del ‘Bitcoin’ jaquea el entramado pavoroso de las elites financieras. Moneda independiente, ningún estado o banco la regula. Se regula por el número de personas adscritas a su sistema. Circula en red, por ser divisa electrónica, con alto nivel de seguridad. No cobra intereses, ignominioso negocio bancario. Los usuarios son cada vez más numerosos y el mercado es cada vez más variado y universal. Revolución silenciosa, eficaz; ataca al cáncer, capital financiero, que carcome la vida de todos los seres sobre la tierra.

DONDE HUELE MAL por Jorge Guebely

Injusto culpabilizar a los educadores de los malos resultados en las pruebas PISA. Peor aún, responsabilizarlos del desbarajuste nacional. Quienes lo hacen, tienen internalizado el discurso oficial. Intentan desconocer que la crisis de la educación corresponde a otro reflejo más en un juego de espejos donde se reflejan todas las crisis del Estado: salud, justicia, policía, ejército, senado, gobernaciones, concejos…  Crisis que en Colombia componen el menú social de cada día. La educación no es más que otra damnificada, otra víctima.

Como en otros campos, la cultura política aplasta la cultura académica en colegios y universidades. Supedita los parámetros del conocimiento a los del poder público. Los anula a pesar de la importancia que tiene la educación en el crecimiento social y humano: ‘Donde hay educación no hay distinción de clases’, afirmaba Confucio. Convierte a los ministros de educación en peones políticos del presidente, llegan al cargo por horrendos cálculos de bancadas y componendas burocráticas. Igual para el SENA o las Secretarías de Educación. Cargos directivos merecidos por el número de votos; no por los conocimientos científicos del desarrollo pedagógico, tan complejos y tan proteicos.

Inútil esperar algo distinto de un funcionario político por distinguido que sea. El cerebro lo tiene atiborrado de matemáticas del voto para ganar las próximas elecciones; todo lo reduce a publicidad, imagen y corrupción. El equipo inmediato lo compone con copartidarios, también limitado en academia y pedagogía. Su mayor virtud: la vergonzosa sumisión al jefe político que lo sostiene en el cargo. Su función principal, preparar contiendas electorales con partes del presupuesto de la educación. En verdad, la educación para un político es un pretexto, desconoce el maravilloso contenido de la academia, su generación de vida humana.

Destino similar padecen las universidades públicas. Las elecciones de rectores no son académicas, son políticas. Están contaminadas con las mismas trampas. Cuentan además con los obstáculos del Consejo Superior;  recinto tenso de intereses burocráticos, económicos y políticos. Nada más anticientífico, abundante en cultura política y escasa cultura académica. Epicentro contaminado que contamina toda la institución. Incluyendo los procesos de admisión para docentes, donde triunfan los más políticos y fracasan los más académicos.


Las ramas del árbol se secan, están en crisis, se pudren. La enfermedad pasa por el tronco, la política; que a su vez, se nutre de la raíz, el modelo económico. De esos bajos fondos proviene la enfermedad educativa del país, de la salud, de la justicia… Es allí donde hay que ventilar cualquier proceso de sanación, es allí donde huele mal. 

OTRAS COLOMBIAS por Jorge Guebely

Desde la Colonia, muchas colombias conviven mal en Colombia. Las colombias de Chapetones, de criollos, de indígenas y de afrodescendientes chocaron por distintos intereses económicos y culturales. Se impuso la minoría criolla, el 15% de los eupátridas colombianos. Ellos expulsaron a chapetones durante las guerras independentistas y excluyeron a indios, negros y pobres, como los llamaban despectivamente. Obtuvieron independencia política, no económica. Y después de dos siglos en el poder, viven del neocolonialismo y la exclusión mayoritaria.

Tal vez para ellos sean las óptimas estadísticas oficiales, no para los otros. A ellos los tranquiliza el crecimiento económico del 4.3%, el 9.8% de la construcción, el descenso del desempleo a un dígito, los 2.4 millones de personas que superaron la pobreza, y el 1.2 millones que abandonó la pobreza extrema… Cifras frías, sin credibilidad. El DANE, más que institución respetable, semeja un calanchín de gobiernos criollos. Sus parámetros de medición distorsionan resultados, especialmente los índices de pobreza y empleo. 

Números que sirven para maquillar mejor el fraude nacional. Ellos van bien pero el país va mal.
Basta mirar las calles de cualquier ciudad para descubrir la falsedad de su optimismo. Las otras colombias padecen crisis sin antecedentes. La criminalidad se disparó en todo el territorio nacional. Paramilitares, guerrilla, bandas urbanas, delincuencia común y extorsionistas gobiernan los extensos espacios donde no hay Estado o donde el Estado actúa como fotografía. La policía y el ejército, desbordados o corrompidos, no funcionan. Horripilante el informe de Human Rights Watch sobre Buenaventura, víctimas capturadas ante la mirada horrorizada de ciudadanos son llevadas a casas de piques, desmembradas vivas según gritos, y esparcidas entre basurales y mares. Buenaventura, ciudad macabra pero visible, semejante a otras, pero invisibles. Invisibles, las fronteras urbanas que provocan asesinatos cotidianos. Visibles, los cadáveres torturados y degollados, despedazados y regados en campos y veredas. Visibles, el 80% de desempleados en regiones apartadas, y las muchedumbres desplazadas, y el tumulto de indigentes, vendedores ambulantes y delincuentes callejeros. La pobreza nacional destroza las otras colombias.

Y en la ebriedad de su mentira, en los delirios del optimismo, el Presidente exclama: ‘Y vamos por más’. Más burocracia, más promesas, más ineptitud. Nada le recuerda  a nuestra élite criolla el colapso de su Estado. Nada les dice que carecen de herramientas mentales para enderezar el rumbo. Ellos están atrapados en su propia trampa. Quizás las otras colombias en las calles, exigiendo derechos civiles y humanos, los despierten de ese camuflaje de gangrena donde un 15% somete democráticamente al resto de la nación.



RUIDOS ELECTORALES por Jorge Guebely

Nadie callará a los políticos ondeando sus ruidosos optimismos electorales, todos se proclaman ganadores. Ni la abstención los acallará, verdadero ganador con el 56.3%, sin contar el 6.5% de votos en blanco, ni lo votos mercados, ni los votos prebendas, ni los votos chantajes, ni los votos sexuales. No se avergüenzan de un Congreso elegido por una minoría, tal vez no superior al 15% de colombianos, incluyendo buena porción de paramilitares. Nada les dice los 18.400.000 abstencionistas. Cifra superior a los 2.3 millones de votantes del Partido de la U, y a los 2.2 del Centro Democrático, y al 2.0 del Partido Conservador, y al 1.8 del Partido Liberal, y al 1.0 de Cambio Radical. Superior a todos ellos juntos. Y si este resultado no genera crisis, la debemos a la insobornable inmoralidad de los políticos tradicionales. En fin de cuentas, sirven a elites económicas que, como ellos, tienen cultura de bandas para delinquir.

Nadie nos salva de su sordera, no oyen el clamor nacional. Analfabetos pos-modernos, no leen los lenguajes de acontecimientos sociales. El interés personal los ensordece y enceguece. El cinismo les exonera de culpas y de responsabilidades. La corrupción les permite transar leyes para ejercer la ilegalidad legalmente, para perpetuarse en el Congreso, ignorar la voz de los abstencionistas, protegerse del voto en blanco y usufructuar el erario público. Actúan como pésimas amantes, despilfarran el dinero ajeno sin provocar placer, sólo provocan frustraciones y heridas.  

En lugar de tanto alboroto, deberían reflexionar sobre la derrota del sistema electoral y el descalabro de su política. Reconocer la ineptitud de sus gestiones, origen de tanta desidia ciudadana, del ascenso abstencionista y la indignación en isla de Tierrabomba. Admitir que su inoperante democracia ha fraguado las peores miserias y violencias del país.


Pero no lo harán, prefieren el bullicio para tapar vergüenzas. Seguirán ondeando los triunfos falsos y ridículos. Se posesionarán en curules que no les pertenecen y legislarán para las elites y el provecho personal. No cambiarán si los colombianos decentes no los cambian, si no fundamos una cultura política diferente, desde abajo hacia arriba, desde el ciudadano hacia el político. Si no construimos, en el imaginario ciudadano, una política de mayorías y no de elites, de servicio social obligatorio sin remuneración y no una productiva profesión de por vida, sin partidos políticos que no son más que bandas creadas por elites económicas para defender intereses económicos. Un sistema político para promover desarrollo material y humano del ciudadano, no para ensanchar bolsas de delincuentes y criminales.

De lobos y gallinas por Jorge Guebely

Torpe sería creer en las confrontaciones políticas del uribismo y santismo, cacareos similares de gallinas distintas, aves de corral sumisas a los lobos voraces que husmean el gallinero. Políticos con cultura de sátrapas, de aquellos gobernantes provincianos a favor del imperio persa. Obedecen a los lobos mundiales, los capitales vivos en el Sistema de la Reserva Federal de Los Estados Unidos y sus bancos adláteres. Ambas toldas promueven ‘la confianza inversionista’ por mandato imperial e interés personal. ‘Los países son gobernados por las grandes corporaciones empresariales que operan en el mundo’, afirmó insistentemente Saramago.

Uribismo y santismo, súbditos de capitalistas ocultos en el capital financiero, el famoso 1% que posee más del 50% de las riquezas mundiales, quienes omnipotentes afirman que ningún gobierno o ejército está por encima de sus poderes. Sus apellidos suenan cada vez más en el público corriente: Rothschild, Rockefeller, Warburg, Morgan, Lezard… Familias con espíritu mezquino y excluyente, excluyen incluso a Bill Gates por ser un aparecido, un capitalista sin tradición. Poseen poderosos medios de comunicaciones: FOX, CNN, BBC, New York Times, Newsweek… y sus periodistas orientan la opinión pública en su favor económico. Construyen ignorancia para fortalecer poder promocionando la sociedad del espectáculo suntuoso, mediocre e intrascendente.

Para ellos, la democracia se reduce a la competencia entre políticos locales para escoger al mejor servidor de sus intereses globales. Los mejores Sátrapas. A la elección de candidatos incómodos le provocan crisis económicas, cacerolazos y golpes militares. Sucedió con Allende, tan pronto hubo nacionalizaciones, sobrevino el golpe militar de Pinochet. Igual con Argentina, Uruguay y Brasil. Por preservar sus privilegios económicos, importaron miseria, masacres y sangre en los países del cono sur. Y aun cuando casi todos sospechaban el origen del desastre, sólo tiempo después se comprobó científicamente lo sospechado. Puede suceder igual en la Venezuela de hoy, quizás en el futuro descubramos la verdad, que el desajuste social venezolano sea orquestado por las corporaciones financieras, no sólo por las incoherencias de Maduro y el chavismo.

También nuestra democracia les pertenece: uribistas, santistas y otros pocos dominan la contienda electoral. Hay escasa posibilidades de un voto inteligente, la mayoría de candidatos se pelea por el Sátrapa de oro y por las prebendas económicas de político elegido, privilegio infame en una nación tan regalada, tan saqueada y tan empobrecida. Sólo que los lobos, tarde o temprano, se comerán, de un modo u otro, a todas las gallinas del gallinero. Sin embargo, el voto inteligente es posible, votar en contra de tanta satrapía.

FIESTA ELECTORAL por Jorge Guebely

Ya viene, ya llega, el festín electoral. De fraudes ya se oyen ruidos y también promesas de muchos bandidos. Ya se igualan los ciudadanos, en fiesta del voto parecen hermanos.

Vota el potentado con su voto empresarial, también merca políticos al mayor y al detal. Inversión brutal con jugosas ganancias del Estado nacional. Compra liberales, compra conservadores, lo mismo da; ninguna diferencia en ellos hallará. Billete, ¡oh divino billete!, su única ideología real, su verdadero dios mental. Voto corrupto, voto vergajo, la corrupción llueve de arriba hacia abajo.

Con voto de empleado subalterno vota el esclavo posmoderno. Vota por el patrón o por el político que lo sostiene en la gobernación. Sin presupuesto vota por el puesto, sabe que las estadísticas del empleo no son más que alardeos. ¡Componenda, todo es componenda oficial, sólo el desempleo es real!
Con su voto comercial vota el rebuscador, vota por el mejor postor. Igual moral del potentado, puro voto de mercado. Por necio vende su voto a cualquier precio; por tejas y tamales o por materiales. Vota sin remordimiento: ‘¿Quién peca más, el que peca por le paga o el que paga por pecar?´. ¿Quién es más corrupto, el que compra voto al miserable o el miserable que lo vende por bruto?

En regiones distantes, votan los olvidados, donde ejercen la ley los ejércitos privados. Votan con votos aterrados, votan por el arma que los apunta, por el ejército que a la mesa de votación los lleva en yunta. Votan por el más violento, pues sus vidas, aun deprimida, es el mejor invento.

Vota la izquierda con su voto quejón, sueña con tres candidatos en el Congreso para que hagan la revolución. ¡Que denuncien desde dentro lo mismo que periodistas hacen desde otro centro! ¡Que sus candidatos se metan en la cueva de lobos para que descubran la fábrica de dolos! Sin embargo, felices los dueños del sistema, con pocos candidatos maquillan mejor el esquema. ¡Democracia, divino tesoro, cualquier opositor puede hacer de loro!

Votan en blanco los indignados, de la farsa democrática ya están mamados. Sistema inhumano, sistema para marrano, no es el fin de la historia por Fukuyama proclamado. Poco para preservar, es una democracia urgente a reinventar, mentira que causa mucho mal.

Ya viene el otro carnaval, festival del despeloto con la alegría del voto. Vota el blanco, vota el negro, vota hasta el más pobre pendejo. Voten todos a conciencia y padezcan más aún la perversa contienda. De todos modos es mejor que voten todos.  

DEMOCRACIA DE ORANGUTANES por Jorge Guebely

Nada es más cierto que la mentira en política. Para sobrevivir, cada político debe reinventarse permanentemente en el artificio, ilustrar mejor que nadie los versos de Machado: ‘El hombre sólo es rico en hipocresía. / En sus diez mil disfraces para engañar confía…’.

Profesional del ardid, miente al nombrar la Democracia. Consciente o inconscientemente alude a la Plutocracia, el poder de las elites económicas, los verdaderos electores y gobernantes del país. Elites voraces, sin escrúpulos, dispuestas a todo, incluso al crimen, con tal de ganar escaños en los gobiernos. Actores disímiles la conforman: delincuentes exitosos y encopetados oligarcas, narcotraficantes omnipotentes y poderosos terratenientes, empresarios modestos y grandes capitalistas nacionales e internacionales. Pablo Escobar o Luis Carlos Sarmiento, La Gata o la Multinacional. Cuadro pavoroso de mercaderes en política.

Samper ganó con dineros del narcotráfico; Uribe, con el apoyo paramilitar. Santos visitó en Cartagena a Piedad Zuccardi, tan cuestionadas por sus relaciones con paras; presidente generoso con la ‘mermelada’, (más de tres billones de pesos); utiliza lo bienes del Estado para mercar políticos, esa afrentosa subienda en épocas electorales. Sólo ellos, los plutócratas, pueden feriar senadores, gobernadores, alcaldes... Sólo ellos pueden pagar precios tan elevados por esta mercancía que, según región, sobrepasan los 10 y 15 mil millones de pesos. Sistema electoral distorsionado que Darío Echandía llamó con acierto: ‘democracia de orangutanes’.

También miente el político al esgrimir su ‘vocación de servicio a la comunidad’. Imposible prescindir del compromiso con sus mejores postores. Como los conductores de taxi, va donde lo exige el pasajero, el que paga la carrera. Y deben mentir a la comunidad en sus promesas de campaña, sus espejitos de palabras, las ignominias para quienes no sufragan su elección. Y se mienten también los ciudadanos en su terca ingenuidad de soñar con la eficacia de sus votos. La cantidad de votantes sólo sirve al político para feriarse a mejor precio. En la plutocracia, el poder reside en los pesos del opulento, no en los votos ciudadanos.

Se excluirían del desbarajuste los candidatos de opinión, sus votos fustigan el malestar social: la pasada ‘ola verde’ o la persistencia de algunos candidatos de izquierda. Grupo minoritario, menos del 10% en el Congreso, conminado a ejercer la denuncia. Labor ambigua y dramática, sirve al mismo tiempo para destapar desafueros de plutócratas y, también, para dar credibilidad a la Democracia de los orangutanes.

La ruina política está garantizada en próximas elecciones, ‘… pues nadie tiene la fórmula, según el colombianólogo James Robinson, para quebrar el poder tradicional’.

LENGUAJE NUEVO, MUNDO NUEVO por Jorge Guebely

Tesis inteligente y veraz la de William Ospina en su reciente ensayo: ‘Pa que se acabe la vaina’. ‘Después de siglos de repeticiones, donde una cultura, un pueblo y un territorio fueron persistentemente borrados y ninguneado por poderes arrogantes, una realidad enorme está emergiendo, un pueblo desconocido está descubriendo su propia existencia, un territorio está brotando a la luz’.

Tesis argumentada con la historia misma de Colombia: el domino brutal de la elite centralista, las mil guerras perdidas de liberales contra conservadores, el fracaso de la modernización económica y política del país; la pavorosa Violencia colombiana aupada por el discurso clerical y conservador de la casta dominante gracias a su espíritu excluyente, mezquino e inhumano.

También el estruendoso fracaso de sus políticas y políticos: el acomodamiento liberal en el regazo conservador; la traición liberal a las luchas campesinas, origen de las guerrillas liberales. La ristra de presidentes que sólo aportaron ignominias con sus mandatos: Con Lleras Camargo comenzaron las ‘repúblicas independientes’ de campesinos excluidos de El Pato, Riochiquito y Guayabero, germen de las FARC. La ineptitud de León Valencia generó el surgimiento del E.L.N. Las trampas de Lleras Restrepo fortalecieron la ANAPO y, más tarde, crearon el M19. López Michelsen fingió liberalismo con el M.R.L. e inició la corrupción que hoy nos ahoga. Hasta nuestros días, los gobiernos no han sido más que un desastre continuado, una piedra menos en la república clerical y conservadora de Colombia.

Nada detiene su desmoronamiento, ni siquiera el discurso optimista de sus adalides. Se siente el lento derrumbe del  sistema tradicional. Se mantiene en pie gracias al hermano mayor del norte. Sus instituciones caminan amañadas y corrompidas: Congreso, Procuraduría, Ministerios, Cortes, Gobernaciones…
Un nuevo lenguaje sustituye al clerical y medieval del país, según Ospina, visualizado plenamente desde Gaitán. Con respetables antecedentes: Isaac, Rivera, Vargas Vila, Barba Jacob, Fernando González, Fernando Vallejo…; con obras mayores: ‘La vorágine’, ‘Cien años de Soledad’…; con luchadores populares: María Cano, Quintín Lame…; con poetas trascendentales: De Greiff, Gonzalo Arango, Aurelio Arturo…
Lenguaje distinto en política y, agregó yo, en ciudadanía. Las comunidades: campesinas, indígenas, afrodescendientes, lgtb, prostitutas, camioneros, taxistas, paperos, cafeteros, estudiantes, docentes, nuevas espiritualidades… reclaman sus derechos e imponen su lenguaje. Surge una nueva semántica con un mundo nuevo, más humano, con aspiraciones igualitarias. Una nueva Colombia nace sobre los escombros del viejo lenguaje clerical-conservador. Percepción nítida de William Ospina expresada en su ensayo. Texto reconfortante, valiente, lúcido y honesto, capaz de ubicarnos en la historia y el futuro de Colombia.

ARGUMENTOS INCUESTIONABLES por Jorge Guebely

En política, los mejores argumentos de la izquierda los provee la derecha y viceversa. Sus comunidades no escapan a la irracionalidad del poder para favorecer intereses particulares. No pueden prescindir de su naturaleza excluyente, voces de minorías hablando de mayorías. La trampa frecuente: fingir voz de pueblo para ocultar necesidades de elites.

Buenos argumentos ofreció el Procurador por sus excesos de poder. Se extralimitó con la anulación política de alcalde Petro, determinación más de poder irracional que de justicia social. Ningún funcionario debe regir discrecionalmente los destinos políticos de un ciudadano. Lo prohíbe La Constitución, es derecho inalienable en cualquier país con democracia liberal. Sólo los jueces pueden acceder a esta potestad mediante procesos legales.

También constituyen argumentos favorables las sanciones impuestas al alcalde de Bogotá, Medellín y otros. Semejan más estrategias políticas que decisiones sensatas. Abren heridas y destruyen armonías. Irracionalidad opuesta a los principios de la democracia liberal. Recuerdan valores absolutistas del espíritu conservador, retroceso histórico donde el poder de la fuerza bruta imperaba sobre el racionalismo liberal y la inteligencia humana.

Y mejores argumentos son las intenciones visibles del Procurador de servir a sectores conservadores del país. Las sanciones así lo evidencian. Al alcalde de Medellín, por participación en política al denunciar intervenciones paramilitares en favor de candidatos oficiales. Al alcalde Petro, porque al desprivatizar el aseo público, produjo daño ecológico y detrimento patrimonial del Estado. Censura impuesta sin ningún estudio donde se demuestre dicho deterioro como sí sucede con algunas multinacionales. Normales los desajustes iniciales de la nueva empresa de aseo, especialmente si  se trabaja en contra de la voracidad de empresarios privados. Según la misma Alcaldía, hoy la nueva empresa produce dividendos.
Argumentos importantes: el irrespeto a una decisión administrativa que aun hoy no se ha demostrado su naturaleza corrupta o el desconocimiento individual a la voluntad ciudadana. Todo funcionario con poderes superiores al voto ciudadano es un peligro, igual si lo consagra La Constitución. Lo trastorna el delirio de importancia personal, le anula cualquier sabiduría humana.  

Ahora existen muchos argumentos incuestionables para justificar la Asamblea Constituyente propuesta en la mesa de diálogo de La Habana. Sólo en sus predios se puede rediseñar La Procuraduría. Los mismos espíritus liberales del país la apoyarían con tal de remediar un cargo de corte dictatorial, contrario al liberalismo. ¡Lástima que este artificio político no corrija las almas de los políticos aquilatados: su execrable egolatría, su peligrosa autocracia y su disfrazada mezquindad!

Nota: Por motivo de viaje, esta columna reaparecerá en Enero.